Las barberías han sido a través de los años el lugar de los caballeros. Es donde nos podemos atender, relajar, escuchar música y disfrutar de una buena bebida mientras nos consentimos un rato.

En un inicio, los barberos eran en realidad cirujanos y dentistas. En la Europa Medieval, los cirujanos–barberos se dedicaban a muchas cosas más que cortar la barba, pues también extraían muelas y blanqueaban los dientes… Era una profesión muy completa y bien respetada, el oficio de barbero pasaba de generación en generación y la profesión se aprendía desde edades tempranas.

Los clientes que acudían a las barberías clásicas, disfrutaban de las pláticas con quien les cortaba la barba, algunos aprovechaban y hasta dormían una siesta. Su vello facial era humectado con espuma y recortado con navajas que limpiaban con papel periódico.

Más tarde, las peluquerías tomaron el lugar de las barberías… Tanto hombres como mujeres, iban a cortarse el pelo; es decir, no era un espacio dedicado solo a los hombres como son las barberías.

En la actualidad, las barberías han retomado fuerza, han resurgido y los caballeros lo agradecemos; pues podemos encontrar productos especiales según el tipo de piel, cabello y barba.

Wolfpack Hair & Barber Shop busca ser una mezcla de lo antiguo con lo moderno, donde los servicios son exquisitos, minuciosos y personalizados. La calidad es cuidada prioridad y el principal objetivo es la plena satisfacción de los clientes, tanto que hay quienes regresan hasta una vez por semana.